Hola de nuevo! En uno de los primeros temas que hemos abordado en la maestría vimos lo referente al aprendizaje autogestivo y el aprendizaje colaborativo, palabras que suenan un poco técnicas, pero procuraré aclararlas enseguida. Probablemente a ustedes les tocó como a mí que cuando hicieron sus estudios muchas veces el profesor se paraba al frente y con toda autoridad comenzaba a exponer su clase explicando una serie de conceptos recurriendo a sus propios conocimientos y experiencia y si acaso con apoyo de alguna lectura de un autor reconocido o un libro de texto oficial, partiendo de un conocimiento ya aceptado, o prácticamente incuestionable, que el maestro impartía y el alumno tenía la oportunidad de preguntar en caso de dudar si lo había comprendido bien y después de eso debía memorizar la información para pasar el examen. Algo así ¿no?.
Pues resulta que ese esquema ya se considera muy obsoleto actualmente. Se le critica principalmente por el rol eminentemente pasivo del alumno, ignorando dos importantes realidades muy relevantes en cuanto a la GENERACION de conocimientos, más allá de su simple transmisión y recepción, que son el hecho de que la acción misma de investigar tiene valor en cuanto a la calidad del conocimiento que produce y su asimilación, en vez de recibir cómodamente la información, y por otra parte el hecho de que el conocimiento que pueda generar una persona en lo individual puede verse limitado por su particular punto de vista de la realidad y en el momento que lo transmite y lo confronta con otras personas, ese conocimiento se complementa y se depura a la vez, resultando una comprensión más integral y mejor aprendida. La primera de estas situaciones se refiere al APRENDIZAJE AUTOGESTIVO y la segunda al APRENDIZAJE COLABORATIVO.
Pero decíamos que no hay que usar lenguaje tan rimbombante. Déjenme ponerlo en otras palabras. Sobre el Aprendizaje Autogestivo digamos que no es lo mismo “machetearse” un libro (así le llamábamos a leer y repetir su contenido hasta el cansancio para lograr retenerlo en la mente y poder recitarlo de memoria aunque no entendieras nada, ¿verdad?), que cuestionar esa información, hacerte tu propia explicación de las cosas (lo que sería una hipótesis) y luego tratar de comprobarla (o refutar la hipótesis original), ya sea a través de investigación documental encontrando alguna publicación que te diera la razón, o de campo, observando en los hechos cómo son las cosas y documentándolo, o mejor aún, mediante un experimento en el que pudiéramos comprobar nuestras propias ideas. En ese cuestionar, suponer y comprobar o descartar, decidiendo que recursos y técnicas usar, indudablemente podemos llegar a conclusiones de mayor valor, probablemente más innovadoras y de seguro las vamos a recordar por más tiempo que eso que nos memorizamos para el examen y que a la semana probablemente ya no recordamos.
Y si eso pasa con el aprendizaje autogestivo imagínense además lo que implica hacer ese mismo proceso, ¡pero en equipo con otras personas!, lo que implica de entrada que hay que compartir cómo interpreta cada quien los datos iniciales, a partir de ahí analizarlos en conjunto y llegar a coincidir en una explicación, digamos debatirlo y llegar a una conclusión común, luego buscar su comprobación mediante investigación y/o experimentación en la que hay que colaborar, y después nuevamente analizar en conjunto los resultados hasta llegar a una interpretación satisfactoria para todos. Este trabajo en equipo se refiere al aprendizaje colaborativo. Para acabar pronto dice el dicho, “Dos cabezas piensan más que una”. De hecho podríamos agregar “... y pueden aprender más que una”.
En resumen podríamos decir que el aprendizaje autogestivo se refiere a que el estudiante tome las riendas de su propio aprendizaje a base de un proceso de toma decisiones, escogiendo entre recursos y técnicas a aprovechar entre otros matices, rompiendo el molde tradicional de la enseñanza a base de "transmitir conocimientos" para pasar a un modelo en que más que “Maestro” tenemos un "Facilitador" que le muestra el camino al estudiante y él lo recorre sacando sus propias lecciones, mismas que se asimilan en mayor cantidad, a mayor profundidad y por más tiempo. Es algo como aprender a aprender, muy acorde a los tiempos actuales en los que lo más fácil es conseguir información.
En el aprendizaje colaborativo, se parte de la premisa de integrar equipos y como tal exponer las ideas, frutos de la investigación y paradigmas, confrontarlos, debatirlos, consensuarlos, o bien aplicarlos mediante un trabajo coordinado en roles distintos, a la realización de una tarea concreta cuyo producto debería ser algo de mayor riqueza y con un enfoque más integral que hubiera sido imposible obtener para cualquiera de los integrantes en particular.
Pues resulta que en la educación en línea, estos dos conceptos son fundamentales y resulta lógico, dado que al no haber aula, la responsabilidad del aprendizaje recae en uno, para lo que te plantean retos, te proporcionan ciertos recursos básicos y espacios virtuales de interacción como foros o “wikis” (otro día hablamos de eso) y en pocas palabras tú sabrás como le haces para llegar a un buen resultado final en tiempo y cumplir con los criterios de evaluación que por cierto toman en cuenta que colabores con los demás, y no solo que te inspires y redactes un súperdocumento. Uno de los compañeros preguntaba respecto a la educación en línea (u online) “¿Y qué sustituye la mirada intimidante del maestro?". Tal vez esta es una respuesta.
¡Hasta la próxima!
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