sábado, 28 de julio de 2012

Abre tu Mente a la Innovación

Estoy convencido de que una de las principales razones por las que no innovan más PYMEs es por mitos y prejuicios que existen en torno a la innovación. A través de los 18 años en los que he trabajado en el desarrollo de la PYME me ha tocado escuchar una variedad de paradigmas que inhiben las iniciativas innovadoras.

Por ejemplo en entradas anteriores del blog ya he hablado de que muchos piensan que “la innovación es impredecible” como una chispa, que muchas de las grandes innovaciones surgieron como un tropiezo involuntario o que a algunos afortunados les ha tocado vivir un momento revelador excepcional que les trajo a la mente una gran idea. En las entradas de este blog tituladas “Innovación Confiable, Repetible, Rápida y Accesible” y “Domina el Arte de Innovar” ya he hablado ampliamente de este paradigma y de como la innovación no es impredecible, sino que es el fruto de un oficio. O dicho de otra forma, la innovación es el oficio del innovador, y como cualquier otro oficio, hay que tener una adecuada preparación y dedicación para dominarlo haciéndose de las técnicas y destrezas necesarias.

Sin embargo, existen otros paradigmas que bloquean la capacidad de innovar. Por ejemplo el que dice que “la innovación es muy costosa”. Este por lo regular se deriva de la idea de que para innovar es necesario invertir en alta tecnología o emprender largos y costosos procesos de investigación y desarrollo con equipos de especialistas de alto nivel. Si bien la mayoría de los ejemplos de innovación que tenemos a la mano son el fruto de nuevas tecnologías, sin duda es posible innovar sin usar la alta tecnología. Una veta interesante de este enfoque son las innovaciones de “Modelo de Negocios” donde el valor para los clientes y las ventajas competitivas no se desprenden de tecnologías avanzadas sino del uso de prácticas distintas a las acostumbradas en el sector, como el caso de Big Cola que ha logrado competir con éxito contra las gigantes refresqueras en parte importante gracias a que no cuentan con flotas de reparto propias sino que contratan servicios externos bajando así sus costos[1]

Los largos procesos de investigación y desarrollo tampoco son indispensables. De lo que si se requiere es de buenas ideas, como lo demuestran muchas interesantes iniciativas de emprendedores innovadores como una tienda que vende vestidos de novia usados bajo el argumento de que así ahorras para la luna de miel. Por lo tanto para innovar tampoco es indispensable tener costosos equipos de especialistas de alto nivel en la empresa. Por un lado esos especialistas podrían ser externos y contratar sus servicios por proyecto, pero sobre todo, lo que realmente se necesita es comprender adecuadamente los deseos y necesidades de los clientes y ser bueno buscando e implementando soluciones a sus problemas, y eso es perfectamente posible para muchas personas con una buena capacitación.

En esa buena comprensión de los deseos y necesidades de los clientes radica la clave para echar abajo otro prejuicio de la innovación que es el temor a que el mercado rechace los nuevos productos o servicios desarrollados. Un producto o servicio bien desarrollado, partiendo de hallazgos fundamentados y probados a base de una suficiente investigación sobre los deseos o necesidades de los clientes, sus problemas y qué les puede dar valor, difícilmente fracasará. Lamentablemente la investigación de mercados es una práctica que no se realiza en muchas empresas.

Algunos empresarios dicen tener “estrategias distintas a la innovación” y que por lo tanto no la necesitan, sin darse cuenta de que en realidad la innovación puede ser valiosa bajo cualquier estrategia competitiva. Si me remito a las tres estrategias competitivas genéricas de Michael Porter[2], Diferenciación, Liderazgo en Costos y Especialización o Enfoque, la innovación tiene cabida y bran utilidad en cualquiera de ellas. Sin duda es una forma de gran valor y ganar el posicionamiento y lealtad de los clientes que se buscarían como parte de la diferenciación, la innovación de procesos y desarrollo de nuevos insumos o modelos de negocios pueden ser la clave de una estrategia de liderazgo en costos y ciertamente, la mejor comprensión de los deseos y necesidades de clientes específicos como clave de la especialización puede ser el principal insumo de la innovación.

Para concluir con los mitos y prejuicios, en algunos casos he escuchado algo como “no se puede innovar en mi sector”. Esto por lo regular se dice en sectores maduros en los que la mayoría de las empresas emplean las mismas prácticas y tecnologías y por lo tanto se ha vuelto un negocio altamente competido con productos poco diferenciados y bajos márgenes de utilidad. Aún en los sectores más maduros se puede innovar. Así lo demuestra por ejemplo CEMEX que en una industria altamente tradicional y competitiva ha logrado crecer hasta convertirse en una de las empresas más grandes del planeta, en parte importante debido a innovaciones de modelo de negocios por ejemplo en las redes de distribución o en el financiamiento y asistencia técnica que le han permitido captar el importante mercado de la auto-construcción[3]. Lo curioso es que es precisamente en los sectores maduros en los que es más urgente innovar, ya que en el momento que llegue esa nueva tecnología o un producto sustituto su impacto puede ser tan profundo que inclusive pueda causar la desaparición del sector, como le pasa actualmente a la otrora exitosa Blockbuster que ha tenido las más graves dificultades enfrentando la distribución de videos por Internet[4].

A fin de cuentas, muchas de estas falacias tienen origen en el temor de fracasar. Al respecto me gustaría citar a John Maxwell[5]:

“Las personas que toman la iniciativa y se esfuerzan, pueden tener éxito o pueden fracasar, pero aquellas que no toman la iniciativa casi siempre fracasan. Estoy casi seguro que tu...

tienes una decisión qué hacer,
un problema que debes resolver,
una posibilidad que deberías analizar,
un proyecto que deberías comenzar,
una meta que deberías alcanzar,
una oportunidad que deberías tomar,
un sueño que deberías cumplir.”

En CC Inntegra nos hemos propuesto echar abajo estos mitos y paradigmas, sobre todo desarrollando métodos que demuestren que la innovación puede ser confiable y accesible para las pequeñas y medianas empresas de cualquier sector. Por esa razón desde hace 6 años desarrollamos el Método CC Inntegra de Innovación, que es el único confiable y accesible, especialmente diseñado para PYMEs. Hemos probado y mejorado el método desde hace 4 años y en este 2012 por primera ocasión lo estamos difundiendo más ampliamente a través de eventos como el 2º Seminario de Gestión de la Innovación para PYMEs” que se realizará los días 9, 10 y 11 de agosto en AFAMJAL Av. Mariano Otero #1313 (a un lado del World Trade Center). Para mayor información del seminario haz click aquí o llama al 3824-0728 y 1591-9626, o envía un e-mail a info@inntegra.mx.

¡Aparta tu lugar! Cupo limitado.


¡Únete a Innovación PYME!

REFERENCIAS:

CEMEX. (2009). Inversión Social para el Desarrollo Comunitario: CEMEX Cerca de Tí. Recovered from: http://www.cemefi.org/reunion/images/stories/ponencias/cemex.pdf.
IAlimentos. (s.f.). IAlimentos. Recuperado el 28 de julio de 2012, de Big Cola se viene con todo: http://www.revistaialimentos.com.co/ediciones/edicion5/portada-4/big-cola-se-viene-con-todo.htm
Maxwell, J. C. (2007). El Talento Nunca es Suficiente, Descubre las Elecciones que te Llevarán Más Allá de tu Talento. Nashville, Tennessee: Grupo Nelson Inc.
Porter, M. E. (1980). Competitive Strategy, Techniques for Analyzing Industries and Competitors. New York, United States of America: The Free Press.
SugarSlam. (27th de August de 2010). Blockbuster Broke, Bankruptcy Planned For September. Obtenido de http://www.sugarslam.com/blockbuster-broke-bankruptcy-planned-for-september/


[1] (IAlimentos)
[2] (Porter, 1980)
[3] (CEMEX, 2009)
[4] (SugarSlam, 2010)
[5] (Maxwell, 2007)

miércoles, 18 de julio de 2012

Domina el Arte de la Innovación


"Ícaro" de la serie "Jazz" de Matisse
En una de mis publicaciones anteriores en este blog, la titulada “Innovación confiable, repetible, rápida y accesible”, hablé del paradigma de que “la innovación es como una chispa” con el que se suele pensar que a algunos afortunados les toca vivir un momento invaluable en el cuál experimentan una situación en extremo inusual en la que probablemente por accidente se encontraron con un nuevo producto y se dieron cuenta de sus cualidades, como el caso de Will Kellog que relaté en esa ocasión, que sin proponérselo dejó reposar un tazón de avena cocida y al verlo a la mañana siguiente se preguntó que podría hacer con ella, inventando entonces las hojuelas crujientes que evolucionaron en toda la gama de cereales para el desayuno de la marca líder a nivel mundial Kellog’s (The Great Idea Finder, 2006) (Wikipedia, 2012) .

Otro caso similar es el de George Crum, chef indo-americano que en 1853 tuvo una discusión con un cliente por el grosor de las papas a la francesa que le había servido y que le había regresado a la cocina varias veces. En respuesta el chef partió unas papas en rebanadas tan finas como nunca se había visto y las frió con la intención de que ni siquiera pudiera picarlas con el tenedor según se dice. Sin embargo quedó el cliente maravillado con la nueva presentación que pronto se popularizó. Me preguntarán ¿Por qué entonces nadie conoce a ese chef? Es porque las papas fritas se cocinaban en forma artesanal hasta que en 1920 Herman Lay, que era un vendedor ambulante de ese producto inventó una máquina para pelar las papas y registró la marca “Lay’s Potato Chips”. ¿Suena familiar? Actualmente esa marca es propiedad de PepsiCo, así como la popular Sabritas (PEPSICO, 2010). Otras innovaciones vendrían después para hacer posible el éxito comercial de las papas fritas, como la envoltura de papel encerado y otras (Tafur & Oliver).

También abonando al paradigma que hace pensar que la innovación es impredecible hay otras historias que hablan de personas que vivieron un momento aparentemente irrepetible que hizo que de pronto surgiera en su mente esa chispa que les hizo ver las cosas de forma distinta y comprender su funcionamiento, al grado que probablemente gritaron ¡Eureka!, como el matemático Arquímedes que en siglo 3 antes de Cristo al rebosarse el agua de la tina en la que se daba un baño se dio cuenta de que para los cuerpos que no flotan el volumen del objeto hundido es igual al del agua desplazada, descubrimiento que lo puso tan alegre que saltó de la tina y salió corriendo desnudo a la calle gritando “¡Eureka!, ¡Eureka!” que en griego significa “¡Lo encontré!” (JAPAC, 2007). Otra historia similar es la de “La Manzana de Newton” que cuenta que al momento que al conocido científico le cayó ese fruto en la cabeza comprendió la fuerza de gravedad.

¿Quiere decir entonces que las innovaciones son principalmente producto de la casualidad y el destino? ¡Pocas cosas podrían ser tan falsas! ¡Y qué bueno que así sea! Porque en la híper-competencia global que vive el mundo de los negocios actualmente las empresas necesitan innovar, de forma tan frecuente como sea posible, y con hallazgos tan trascendentes como sea posible

Entonces, si la innovación no es fruto del destino y la casualidad ¿Existen fórmulas de éxito para innovar? Aunque existen factores de éxito y métodos para la innovación, sería muy aventurado decir que exista una fórmula infalible para producir innovaciones de gran éxito comercial, ya que hasta las empresas líder en innovación a nivel mundial han tenido fracasos en el mercado. 

1992. El Newton de Apple y el 3200 de Motorola o "Ladrillo"
Ya hablamos de “La Manzana de Newton”. ¿Qué tal si ahora hablamos de “El Newton de Apple”? ¿Alguno recuerda ese visionario producto electrónico, predecesor de lo que luego conocimos como PDAs (Personal Digital Assistant)? En 1992, después de años de complicado desarrollo y cuantiosas inversiones, Apple lanzó al mercado su producto “Newton” lo que en esencia era una tablet-PC (mucho antes del conocido iPad) con una pantalla táctil, un lápiz electrónico o “stylus”, software para reconocimiento de escritura a mano (que muchos vieron como impreciso o difícil de usar) y posibilidades de comunicación con otros dispositivos similares (Greenberg, 2008) (GIZMODO). ¡Claro! Actualmente estas características no nos parecen nada innovadoras. Solo recordemos que en 1992 el celular más conocido era el Motorola 3200 (Webdesigner Depot), mejor conocido como “el ladrillo” y ni siquiera se había popularizado la Internet. El primer software para “navegar”, el “Mosaic”, se desarrolló hasta 1993 (Computación Aplicada al Desarrollo). De hecho algunos consideran que el producto fue tan innovador que se adelantó a su tiempo (eso puede suceder si el mercado aún no tiene esa necesidad desarrollada) y sus ventas simplemente nunca alcanzaron las expectativas de Apple que eran demasiadas, hasta que en 1997 el mismo Steve Jobs canceló el proyecto cuando regresó a la compañía (Gardiner, 2008). Otras empresas cosecharían el éxito de las PDAs, principalmente Palm, hasta que otros productos de Apple los desbancaron del mercado, primero el iPod, y luego el iPhone, demostrando que aprendieron de sus errores (importante cualidad de un innovador).

Las nueve Musas del arte
Y si la innovación no es fruto de la casualidad o el destino y tampoco hay una fórmula infalible, ¿Qué nos queda? Aquí es donde considero que la innovación es como el arte. Algunos artistas ven a la obra de arte como el fruto de la “inspiración” que los antiguos pensaban que resultaba del “toque” de las “Musas” que eran deidades que venían a iluminar a los artistas. Pero otros artistas, como lo hacía el mexicano mundialmente reconocido, Rufino Tamayo, ven la obra de arte como el producto de un “oficio” que hay que practicar con disciplina y dedicación como cualquier otro. Yo pienso más en ese sentido. La innovación es el oficio del innovador y como tal requiere del dominio de  conocimientos, técnicas y herramientas con base en la práctica constante con la que se llega a sorprender a los clientes más exigentes. Lejos de ser una casualidad, un gran oficio y dedicación es lo que tenían en común Will Kellog, George Crum, Arquímedes e Isaac Newton, y al menos los tres primeros ciertamente “sorprendieron a los clientes más exigentes” que para Kellog eran los pacientes de su sanatorio, para Crum fue un quisquilloso comensal y para Arquímedes fue un Rey que le encargó la forma de investigar si su corona era de oro (¡Eso explica su reacción!).

Las compañías líder en innovación a nivel mundial, como Apple, 3M, Google y otras, tienen entre sus activos intangibles más valiosos una serie de técnicas y procedimientos que articulados conforman “Modelos de Gestión” para producir innovaciones de forma constante, confiable y sistemática, y han hecho del desarrollo de nuevos productos una de las bases más firmes de su competitividad actual y futura.

Gracias a la colaboración que he tenido desde hace 10 años con distintas y reconocidas universidades pude conocer varios de esos Modelos de Gestión de empresas líder en innovación a nivel mundial, así como la obra de reconocidos autores al respecto. Sin embargo, una característica que vi en común fue que esos modelos si bien son eficaces, eran demasiado complejos, pesados y difíciles de asimilar para una pequeña o mediana empresa, que normalmente no tiene grandes estructuras ni presupuestos que invertir en proyectos de largo plazo. Para innovar la PYME necesita algo más ágil, flexible, rápido, ligero y por supuesto ¡Confiable!

Desde hace 6 años en CC Inntegra nos propusimos desarrollar un método de innovación especial para PYMEs con esas características. Desde hace 4 años lo hemos puesto a prueba con resultados satisfactorios mejorando a cada vez. Por primera vez en este año dimos a conocer de forma más amplia el “Método CC Inntegra de Gestión de la Innovación para PYMEs” a través del Seminario de Gestión de la Innovación para PYMEs que por primera ocasión se impartió en el pasado mes de abril con excelentes resultados y en su segunda edición se realizará los próximos días 9, 10 y 11 de agosto en AFAMJAL (Av. Mariano Otero 1313, a un lado del World Trade Center). ¡Aparta tu lugar! Cupo limitado.



REFERENCIAS:

Computación Aplicada al Desarrollo. (s.f.). Historia de Internet. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://www.cad.com.mx/historia_del_internet.htm
Gardiner, B. (24 de enero de 2008). Learning From Failure: Apple's Most Notorious Flops. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://www.wired.com/gadgets/mac/multimedia/2008/01/gallery_apple_flops
GIZMODO. (s.f.). The Story Behind Apple's Newton. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://gizmodo.com/5452193/the-story-behind-apples-newton
Greenberg, A. (2008). When Apple Failed. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://www.forbes.com/2008/10/29/apple-product-flops-tech-personal-cx_ag_1030apple.html
JAPAC. (17 de octubre de 2007). Eureka: La Historia de Arquímedes. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://www.japac.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=99&Itemid=64
PEPSICO. (2010). La división de Papa de PepsiCo supera los 10 mil millones de dólares en ventas a nivel global. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://www.pepsico.com.mx/PressReleases/Comunicado_PepsiCo_Banner_Sun.html
Tafur, R. "., & Oliver, T. (s.f.). Papas Fritas, La Invención de George Crum. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://www.nutricionyrecetas.com/andino/papitasfritas.htm
The Great Idea Finder. (30 de junio de 2006). Will Keith Kellogg. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://www.ideafinder.com/history/inventors/kellogg.htm
Webdesigner Depot. (s.f.). The Evolution of Cell Phone Design Between 1983-2009. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://www.webdesignerdepot.com/2009/05/the-evolution-of-cell-phone-design-between-1983-2009/
Wikipedia. (21 de junio de 2012). John Harvey Kellogg. Recuperado el 18 de julio de 2012, de http://en.wikipedia.org/wiki/John_Harvey_Kellogg#Breakfast_cereals